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Sinopsis

  «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos» (Hebreos 13:8) Años atrás, Dios habló al corazón de Gloria una frase que jamás olvidaré. Ella había estado pidiéndole que le enseñara a vivir en el Espíritu, para así operar en una mayor plenitud del poder sobrenatural de Dios. Dios le dijo: El poder reside en la constancia. Comprender esta revelación fue difícil para mí. Desde el punto de vista natural, yo puedo ser de todo menos constante. Mi naturaleza humana tiende a ser como un sube y baja: animado un día, desanimado al día siguiente. Pero, gloria a Dios, no necesito depender de mi naturaleza humana para seguir adelante. Jesucristo mora en mi interior, y ¡Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos! Cristo no es inconstante. Él no cambia de opinión de un día para otro. Él es constante, y si lo buscas cada día más, aprenderás a serlo también. A la mayoría de creyentes no le interesa eso. Por esa razón, hay tantos “fracasados en la fe”. Son creyentes que un día están firmes en la Palabra y al dí