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Sinopsis

  «El hombre que, reprendido, endurece su cuello, de repente será destruido—y no habrá remedio para él» (Proverbios 29:1, AMP) Algunas personas tienen la idea errónea de que cuando el Espíritu Santo les indica algo, pueden hacer caso omiso por algún tiempo, si así lo desean, y luego obedecerle cuando lo crean conveniente. Piensan: “Sé que estoy haciendo mal. Sé que la vida que llevo no está bien, pero sólo continuaré haciéndolo por un tiempo. Luego arreglaré las cosas con el Señor”. Déjame advertirte: ese accionar es algo sumamente peligroso. Dios nos advierte que cuando rechazamos Su consejo, el corazón se endurece. No es que la gracia de Dios deje de alcanzarte ni que Dios no te perdonará si decides volverte a Él. Significa que el pecado endurecerá tu corazón a tal nivel que ya no podrás oír cuando Dios te esté llamando. Eso mismo les sucedió a los hijos de Israel. Dios les decía qué hacer y ellos lo ignoraban. Cuando trató de llevarlos a la Tierra Prometida para que la poseyeran, se negaron por comp