Aconcagua: Sonografías

el rock como fenómeno mundial de la música desemboca en el surgimiento de pequeños nuevos estilos herederos de este género, que se van expandiendo en plataformas y formatos no tradicionales, pero que no representan acontecimientos que puedan identificarse con una fecha de aparición concreta, sino que se atribuyen a largos procesos postrados en el tiempo, tan largamente atravesados en diferentes momentos y tan extrapolados con elementos de estilos del pasado, que pareciera real lo que Fredric Jameson nos dice sobre las formas estéticas del presente, ya inclementemente explotadas por pastiche y revivalismo. ¿Podríamos decir que el emo-violence no es más que una de esas formas? ¿Podríamos decir que es una representación del cadáver del rock y que no hay nada nuevo que pueda ofrecernos sino un reciclaje de experiencias ya vividas y de sonidos ya escuchados? O ¿es acaso un esfuerzo más por anclarse en el futuro y de escapar de las tendencias musicales presentes que no son más que reinterpretaciones asfixiadas del