Iglesia Tiempo De Dios (audio)

Cristianos y no cristianos por igual son esclavos. La única diferencia es quien servimos. Si somos cristianos, no es opcional servir al Señor un día, y luego olvidarse de él el resto de la semana. Nosotros pertenecemos a él--todo nuestro ser... cuerpo, mente, alma y fuerza. Romanos 6:15-23 (Reina-Valera 1960) 15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miem

Pastor Francisco López concluye la serie de sermones sobre LA FE con los 3 primeros versículos del capítulo 12 de Hebreos, donde se nos recuerda la gran nube de testigos que vivieron con éxito la vida cristiana. Nosotros también podemos participar en la carrera y terminar fuertes. Hebreos 12:1-3 (Reina-Valera 1960) 1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. 3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

La palabra "épico" no puede describir completamente la última parte del capítulo 11 del libro de Hebreos. Aquí, el autor menciona milagros al azar en la Biblia que ocurrieron en situaciones en las que el hombre de Dios se encontraba en un estado peligroso. Dios se presentó y rescató a su gente una y otra vez porque tenían fe en Él. Hebreos 11:32-40 (Reina-Valera 1960) 32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. 35 Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. 36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. 37

Todos tenemos murallas que soñamos derribar. Los israelíes habían derrotado a sus enemigos de Egipto, pasaron el mar rojo, y ahora se enfrentaban a otro desafío--una muralla. Ellos hicieron lo que la mayoría consideraría algo absurdo. Ellos marcharon alrededor de Jericó y las murallas de la ciudad cayeron a causa de su fe. Nosotros también podemos marchar alrededor de cualquier obstáculo que tenemos, y obtener la victoria. Hebreos 11:30-31 (Reina-Valera 1960) 30 Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. 31 Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.

Moisés rechazó toda la riqueza y el poder que Egipto le ofreció a causa de que veía más valioso la libertad del pueblo hebreo. Este gran líder de la fe vio al Dios invisible. Hebreos 11:23-28 (Reina-Valera 1960) 23 Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. 24 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, 25 escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, 26 teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. 27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. 28 Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos.

La muerte no fue un obstaculo para que estos hombres de Dios bendijeran a sus hijos. Murieron esperansados. Sabían que sus sueños se verían realizados después de su muerte. Hebreos 11:20-22 (Reina-Valera 1960) 20 Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras. 21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón. 22 Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos.

Dios merece lo mejor. La dramática historia de Abraham e Isaac nos recuerda que debemos poner los deseos de Dios antes que los nuestros, de servirle antes que nosotros mismos, y de amarle por encima de todo. Hebreos 11:17-19 (Reina-Valera 1960) 17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, 18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; 19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

Hoy se cumple el décimo aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre. Aniversarios como éste nos recuerdan que debemos orar por nuestros enemigos, y especialmente por los reyes de la tierra, que fueron puestos por Dios para proteger al pueblo y difundir la paz. 1 Timoteo 2:1-6 (Reina-Valera 1960) 1 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. 3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

No hay lugar como el hogar. Como cristianos, nuestro verdadero hogar está en el cielo. Es la ciudad de Dios. En este sermón, el Pastor Francisco López brevemente reflexiona sobre su vida como inmigrante en los EE.UU. y nos anima a poner los ojos en nuestra verdadera patria. Hebreos 11:13-16 (Reina-Valera 1960) 13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; 15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

"Todo va a estar bien." Esto es lo que se suele decir a la gente en situaciones difíciles. A veces se dice sin cuidado, sin la verdadera fe que lo respalde. En la historia del Génesis sobre Abraham y Sara, Dios dice algo similar a ellos. Al principio fueron escépticos y se preguntaron cómo podía ser posible. En lugar de confiar en la razón humana, decidieron confiar en Dios y se quedaron en el asombro de la fuerza del Dios todopoderoso. Hebreos 11:11-12 (Reina-Valera 1960) 11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. 12 Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.

Hay muchas leyendas acerca de Abraham. Todas se centran en su búsqueda para encontrar a Dios. Era un hombre aventurero que tomó muchos riesgos. Por esta razón se le conoce como "el padre de la fe." Hebreos 11:8-10 (Reina-Valera 1960) 8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. 9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; 10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

Todos en el pueblo pensaban que Noé estaba loco. ¿Y por qué no? Estaba construyendo un gran barco en medio de un desierto. Pero por el contrario, Noé era un hombre justo que fue advertido por Dios de una calamidad grande que estaba a punto de descender sobre la tierra. Por la fe, obedeció a Dios a pesar de ser ridiculizado por miles de críticos. Hebreos 11:7 (Reina-Valera 1960) 7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

Pastor Francisco López comienza a examinar a los hombres y mujeres de fe en la Biblia, comenzando con Abel. Su fidelidad es recordada hasta hoy porque le ofreció a Dios el mejor sacrificio. Enoc fue tan buen amigo de Dios, que ni siquiera experimentó la muerte física. ¿Por qué? Debido a su lealtad a Dios. Hebreos 11:4-6 (Reina-Valera 1960) 4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. 5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Muchos hombres y mujeres han dejado su huella en la historia a causa de un don que poseían. La fe. Este don les llevó a valorar a Dios, un Ser invisible, por encima de todos los placeres momentáneos. Hebreos 11:1-3 (Reina-Valera 1960) 1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. 3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

Eclesiastés 3:1-2 (Reina-Valera 1960) 1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. 2 Tiempo de nacer, y tiempo de morir...

Eclesiastés 3:1-2 (Reina-Valera 1960) 1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. 2 Tiempo de nacer, y tiempo de morir... Filipenses 1:21 (Reina-Valera 1960) 21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

Eclesiastés 3:1 (Reina-Valera 1960) Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Salmos 126:1-6 (Reina-Valera 1960) 1 Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion,     Seremos como los que sueñan.      2 Entonces nuestra boca se llenará de risa,     Y nuestra lengua de alabanza;     Entonces dirán entre las naciones:     Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos. 3 Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros;     Estaremos alegres. 4 Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová,     Como los arroyos del Neguev. 5 Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. 6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;     Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.

Eclesiastés 3:1 (Reina-Valera 1960) Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Job 24:1 (Reina-Valera 1960) Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso. Hechos 17:28 (Reina-Valera 1960) Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos.

Eclesiastés 3:1 (Reina-Valera 1960) Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. San Juan 17:20-21 (Reina-Valera 1960) 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

Eclesiastés 3:1 (Reina-Valera 1960) Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. San Juan 17:11 (Reina-Valera 1960) Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.